Tiempos modernos

Ahora
En estos días sombrios
los dioses se han vuelto salvajes y esperan ansiosos
los cuerpos para el sacrificio diario.
Ya no hay tiempo para la inocencia, los cronistas de culo santo
sacerdotes de una nueva religión despiadada
alimentan la avaricia de los telespectadores hambrientos de víctimas.

No hay esperanza
Atrapados en un infierno de autodestrucción
deforman sus cuerpos y sus mentes
para adaptarse a las nuevas reglas
efimera belleza de cirugía
y la lenta lobotomización de sus cerebros.

Mientras los veo caer
intento no pensar que estas palabras
carecen de sentido y valor en su existencia
y que por más que grite
estoy sólo
Que soy yo el extravagante
solitario profeta de un fin
que ya ha llegado