NO A LA GUERRA

 Y ahora se unen para protestar. Es fascinante como un dictador sanguinario y loco puede unir en torno a su figura a la Derecha más reaccionaria y a la izquierda trasnochada y visionaria. La derecha pide la no injerencia en otro pais y descalifica el gasto como innecesario y la izquierda lanza de nuevo el viejo slogan de "NO A LA GUERRA". Resulta patético comprobar como ambos adolecen de lo mismo, de un mínimo de inteligencia y sentido de la historia. O nos toman por idiotas. Gracias a Dios el mundo ha cambiado y ya somos legión los que sabemos leer y escribir y tenemos opinión propia. Gracioso es ver a los dictadores y reyezuelos aferrarse a sus tronos lanzando mensajes apocalípticos. Triste es ver a los comunistas defendiendo lo indefendible, hablan de no injerencia quienes mandaron sus tropas y armas a paises de todo el mundo.

    Quién de esos, que tanto alborotan. no cogería un arma si viese a su familia en peligro?. Después de ver las escenas de las matanzas de Gaddafi, me parece desolador que aun haya gente diciendo que no está justificada la ayuda de las Naciones Unidas.

Descacharrante es oir hablar a Rusia, a China e incluso a Cuba de no injerencia.


No es una guerra, repito para los de la fila de atrás ¡ NO ES UNA GUERRA!. Se trata de defender a personas que quieren ser libres, de un asesino psicópata que hasta ahora contaba con demasiados amigos que le permitían hacer lo que le venía en gana.

Desde Oriente

Desde Oriente las noticias llegan con urgencia
Alzan fuegos en el cercano, fuegos de libertad y guerra
Fuegos sufren en el lejano, éstos de muerte y frio,
Y esos fuegos amenazan con devorarnos
A nosotros, los que no atendimos sus llamadas
Los que robamos su historia y sus recuerdos
Que abrasamos sus ciudades con mortíferos venenos

Y ahora, antes del tiempo prefijado
Vemos que se acaba el ciclo de nuestra historia
Y tememos  quedarnos sin nuestros artefactos
Vestidos de arrogancia y desmemoria
Arderemos en su fuego de justicia y miedo
Convertidos en cenizas de sus sueños

Somos un sueño

Somos un sueño perdido en un Dios acabado
nacemos marcados con fecha de caducidad
comiendo y bebiendo, sufriendo y amando
creyendo, ilusos, que percibimos la realidad
sólo a través de unos sentidos mutilados
programados y reprimidos por una sociedad
que nos utiliza como vehículos animados
de su lasciva reproducción, hasta la saciedad.

Sólo vectores de un matriz sin dueño
apenas despiertas se te acaba el tiempo
para dejarte solo ante el desconcierto
de saber que las preguntas que has hecho
tienen respuestas antes de que el sueño
haya empezado en tu Dios tan ajeno