Ahora vengo desnudo, que mis trajes
viejos tienen los bolsillos llenos
de rencores, traiciones y odios
y me arrodillo humilde de noche
para pedir que vuelva la luz a mi refugio
Pido estrellas de hielo que rompan el silencio
estrellas de fuego que aviven el deseo
estrellas de colores que iluminen la sonrisa
que alumbra mis noches y desvelos
Estrellas pálidas que gestionen el miedo
que acude cuando inicias el vuelo
Estrellas luminosas que confundan
las oscuras intenciones del recuerdo
Ahora vengo desnudo, que mis ropas
huelen a temor de verme descubierto
en los ojos cálidos que arropan
estos versos urgentes y sinceros
Y cuando reúna suficientes estrellas
haré un hatillo, lo colgaré a mi cuello
y será todo mi equipaje austero
para que tu cielo de nuevo brille
iluminando tus noches sin esfuerzo