CARTA URGENTE PIDIENDO ESTRELLAS


Ahora vengo desnudo, que mis trajes
viejos tienen los bolsillos llenos
de rencores, traiciones y odios
y me arrodillo humilde de noche
para pedir que vuelva la luz a mi refugio

Pido estrellas de hielo que rompan el silencio
estrellas de fuego que aviven el deseo
estrellas de colores que iluminen la sonrisa
que alumbra mis noches y desvelos

Estrellas pálidas que gestionen el miedo
que acude cuando inicias el vuelo
Estrellas luminosas que confundan 
las oscuras intenciones del recuerdo

Ahora vengo desnudo, que mis ropas
huelen a temor de verme descubierto
en los ojos cálidos que arropan
estos versos urgentes y sinceros

Y cuando reúna suficientes estrellas
haré un hatillo, lo colgaré a mi cuello
y será todo mi equipaje austero
para que tu cielo de nuevo brille
iluminando tus noches sin esfuerzo

SONETO



Cargadas ya son de nuevo futuro
Resuenen ahora estas palabras
Ignorantes acaso que son armas
Sorprendan a ese enemigo oscuro

Tenemos las razones ya cansadas
Incendiando esos azules muros
Náufragos de nuestros absurdos
Altares de glorias trasnochadas

Mienten los que ahora mandan
Inanes siervos de otros discursos 
Al dictado de voces bastardas 

Mienten mientras creen que nos callan
Ofuscados en su papel de verdugos
Riendo como hienas desalmadas

Ella



Ella sabe bien como hacer
que mi desierto se inunde
como esa luz que irrumpe
destruyendo los por qués

Ella camina mientras sonríe
armando puentes infinitos
que te conducen firmes
al remoto edén primitivo

Ella es tan real que duele
cuando piensas en un futuro
donde no existe


Ella es la razón del Hombre
la última pregunta
la primera semilla
el útero primordial
                   donde deseas retornar


Ella te elige y entonces
aprendes que no sabes nada
para empezar otra vez
sin miedos, eternamente
cautivo de su alma de ángel

Ella sabe bien que nunca
llegarás hasta su altura
mientras espera tu lucha
para alcanzar su figura

Ella te mira y comprendes
que tu destino es su cuerpo,
su boca, sus ojos, su deseo
y te abandonas para siempre
al albur de su encuentro

Ella es ahora la estrella Polar que
                 marca
                             los
                                     días
                                              que vendrán,

No importa

cuánto,
           cuándo,
no importa
dónde,
        por qué,
no importa,
             cómo
sólo importa 
                  quién

Ella me ha abierto su templo
y yo me he perdido en su interior para siempre,
yo mortal, herido de amor en manos de una diosa, de una niña
que promete en su juego inconsciente
que nunca volveré a estar solo