Gracias por el aire

Gracias
Por las calles dibujadas de sonrisa
Por la plaza descubierta
Por la luz desde tus ojos
Por la lluvia en tu pelo
Por la luna recogida
Por el azul de tu corazón

Gracias
Por el viento en tu recuerdo
Por la sombra de tormenta
Por el rojo de tus labios
Por la golondrina de tu vientre
Por el sueño desbocado
Por el tiempo dedicado

Gracias
Por los días inesperados
Por las tardes recogidas
Por el juego complicado
Por las lágrimas sentidas
Por la caricia de tu piel
Por el deseo compartido

Gracias
Por la metáfora diáfana
Por el verso obligado
Por la razón de este poema
Por las alas que tejiste
Por el hilo liberador
Por la playa abandonada

Gracias por el aire
Que renovaste en mi silencio
y convertiste en todo esto
que ahora te nomina
Ya nada espero cuando escribo
y, sin embargo, desespero
una ausencia programada
este grito de auroras solitarias
que envuelve mi corazón,
que como tal no entiende vivir
sin razón para escribir
sin razón para seguir
soñando que la luz
que te precede
asome por debajo de la puerta
de mi dormitorio



Carpe Noctem


No hay dudas sobre esto
voy a morir
no hay esperanza
y beber no es la solución
y, sin embargo apuro cada trago
vestido de noche solitaria
como si de él dependiera
toda mi existencia

Tránsito de sombras
las calles conducen mis pasos
para completar la ruta
de una pasión desvanecida
no hay mariposas
que traicionen la alegria
no hay más que
un océano de mentiras
de gente asustada de vivir
o cansada de esperar
la promesa que les hicieron
aquella tarde de verano
cuando la vida era posibilidad
y la esperanza rutina

No hay duda en esto
la gente no esperará nada de mi
porque ya no espero nada de ellos
no hay absolución de mis pecados
porque no creo en ellos
solo creo en la delgada línea
que separa tu ropa interior
de mi deseo
en la corta distancia
que devuelve mi imagen rota
en el espejo de un bar solitario
donde los fantasmas acuden
a vomitar sus pesadillas
entre tragos de melancolía
y canciones de otro tiempo

Ya no espero nada
Ya no hay tiempo
de recobrar cuanto deseé
ese instante que eterno
la vida se hacía razón
e imponía la sonrisa
de tu piel cansada
en mis manos
para celebrar el mismo rito
que antes nos hizo eternos

Descubro en este juego de espejos
infinitos, que es cierto
que el viejo escritor ciego tenía razón
y que sólo reflejan
la abominación, la infinita realidad
que nos consume, que nos agota
vanos en la ilusión de consciencia
plenos en la fealdad que nos rodea
y he roto los espejos
y ya solo me reflejo
en estos versos gastados

Acabado el tiempo
acabadas las palabras
abrazo el silencio para olvidar
que cuando escribo alguien
que no conozco esperará
que nada de todo esto
sea cierto




En bares de ausencia

Ya ves
no sabía que eras la reina de corazones
y que iba a perder mi cabeza
En bares de ausencia 
Mientras la luna sonreía 
En cuchilla sangrienta
De deseos cansados

Creí que no iba a enamorarme de ti
o caer en el amor contigo como dicen
los anglosajones
pero caí, como un pardillo
y prosigo en esta caída
intentando entender
que no entendí
cuando me dijiste claramente
que no me enamorara
que no había salida
del laberinto que me proponías

A menudo me pregunto
que falló
que no supe comprender
de todo este laberinto
y lo peor es no saber
si soy Teseo o Minotauro
o si eres Ariadna
o si eres el laberinto

A veces eres la lluvia
que renueva la sed
que me acompaña
a veces eres la luz
que seca todas
estas lágrimas
a veces eres...
pero últimamente
ya no eres
 o eres poco más que
un silencio que lastima
mis ganas, mi estima

Escribo buscando la redención
y no hallo más que un
pozo ausente
un árbol partido por un rayo
potente, el ciego fervor
que conmueve la conciencia
perdida en libros cansados
en canciones gastadas
en playas abandonadas

Renuncio a tu respuesta
para hallar nuevas sendas
que conduzcan estas ganas
Me abandono en  viejos bares
que conduzcan mis palabras
y me presenten
los cuerpos que
anuncian mi derrota

Adiós preciosa
ojalá hubiera entendido
que tu miedo era mi cobardía
y tu ausencia solo era
el epítome
de mis fracasos