No, nunca, entiéndelo de una vez

Si has dudado, es normal
Somos humanos , contradictorios
Aprendices de miedos y mentiras
Ignoramos tantas cosas de
Nosotros mismos que 
Es natural el escepticismo
Pero después de la duda
Llega la elección
Y no hay opciones
La víctima no tiene la culpa
NUNCA
Te acuerdas?
De niño te dijeron siempre
Que el hábito no hace al monje
Y esa es la única regla
La culpa del crimen
La tiene el criminal
Sospecho que en el fondo
Es que notas como el suelo
Que pisas se mueve
Estás asustado
Estás asustada
porque todo está cambiando
deprisa, te parece
pero te diría que ya es tarde
para mucha gente
que yace en las cunetas
de olvido imperdonable
por luchar en trincheras
luchar por ti y por mi
y por todos
sin esperar nada a cambio
Y aunque levanten
monumentos y porten flores
sus tumbas solo jalonan
el tremendo error
de nuestro pasado

Me declaro culpable
De insistir en vano
De juicios sumarios
Sin argumentos
fiscal de sentencias inculpatorias
Sin base racional
Y si,
Yo también he violado
Tu sagrado espacio personal que 
te pertenecía
y como a tí, a otros y otras
Y ya no vale pedir perdón 
Lo sé, pero lo hago
En el inútil ejercicio 
De restañar heridas
Que ya son cicatrices

Mira la calle
mira las plazas
es el tiempo del futuro
No van a irse ya nunca
no van a callarse
y en su voz están las respuestas
que siempre habías buscado
Escúchalas
Han venido para quedarse
Y ahora ya lo saben


Quizá buscabas

Quizá buscabas un hombre
Alguien quizá donde refugiar
la soledad que te seguía los pasos
y las noches demoradas de sueños
pero me encontraste a mi
y solo soy un poeta
lleno de soledades y dudas
quizá fue mi alma de niño
sorprendido ante la realidad
que nos confunde y nos reduce
tal vez la sonrisa que defiende
la tristeza de mi fracasada alma
y te quedaste
sólo un poco, pero lo suficiente
para que creyera de nuevo

Quizá buscabas tan solo sexo
y te di amor, un mar  inmarcesible
Maldita sea!
siempre yerro en las ocasiones
que asoman las noches interminables
enredándome en locuras irredentas
que me conducen al silencio
de estas líneas entintadas
que me ayudan a soltar el lastre
de los días de vino y rosas
cuando no veía el abismo
de tu partida anunciada

Quizá solo buscabas algo
innombrado, un paso secreto
afuera o adentro
como todos buscamos
y aun no sé que encontraste
que te hizo detener tu huida
y abrazar mi sonrisa
para luego salir corriendo
como siempre había esperado
desde el primer momento
Era fácil, esperar, callar, disimular
que no importaba tu silencio
tu ausencia de días
tu rencor ajeno

Quizá buscabas tiempo
y agoté la ocasión
emborrachando las palabras
reduciendo el sueño
a una lucha de orgullos
a desconocer tus miedos
y odiar tu razón, entiendo que
desesperé tu llamada
sin entender que mis días
habían muerto

Quizá buscabas promesas
pero ya no importa
quizá no entendiste
que un poeta solo enhebra versos
cuando el corazón está sintiendo
que el azar es una maldición
porque surge de una necesidad
de una ignota razón
que nos empuja a aceptar
los hechos
pero siempre es a posteriori
porque nadie ya nadie busca
y ahora entiendo, al fin
que tendiste la trampa
como una araña
y fui una mosca infantil
que estaba muerta
antes de caer en tu hermosa tela

Pero no importa
ni tus mentiras, ni tus miedos
ni tu sonrisa, ni tu deseo
no importa la razón de este suceso
porque fui feliz de cualquier modo
entre tu cuerpo
buscabas un hombre
y soy un niño asustado
sorprendido de saber
que aun hay tiempo





Beatus ille

Dichoso aquel
que no ha conocido la locura
y no ha buscado en noches interminables
la razón de un beso
o una huida
bailando en lunas locas
de alcohol y cigarrillos,
en esas partidas que sabes
que no puedes ganar
pero donde te entregas
y te abandonas a tu realidad
común y excepcional a un tiempo

Dichoso aquel
que ha entendido que la normalidad
te protege de la dicha y la desdicha
a un tiempo
que la montaña rusa
es un peligro
porque te hace comprender
que la vida es un instante
y si no lo haces
lo pierdes
pero no importa si no conoces
el lado salvaje
la adrenalina de este segundo
antes de lanzarte
al vacío sin paracaídas
No importa si no has vivido
Vas a morir igualmente 
Pero sin cicatrices

Dichoso aquel
que comulga las razones de la masa
y es feliz en el miedo
y en la inane opinión
en la falsedad aceptada
incapaz de entender que se ha terminado
la posibilidad de realizar
de elegir un camino diferente
al marcado por las normas
indiferentes a la felicidad
de un abrazo de almas
a una complicidad de miradas
a un beso robado
en noche de ausencias

Dichoso aquel
que sigue leyendo
sin entender que todo esto
no es más que un teatro
una función, un esperpento
y yo, pobre escribiente,
no más que un notario
firmando la defunción
de tus sueños

Dichoso aquel,
sin embargo,
que sonríe ahora liberado
y sabe que este tablero
ha sido diseñado
para aquellos que sepan
que la reina nunca podrá ganar
si el rey ha muerto