Otro lunes

Ya ves
Duermes a mi lado
Y escribo, sangro tinta
En este desvelo
De flores robadas 
Y plumas descubiertas 
Acaricio tu sueño
Tu piel fresca y caliente 
En una paradoja de amor
En una rutina consentida 
Mientras tu deseo ronda
, Húmedo, 
mis frágiles dedos
Que se hunden
Que resbalan 
En caricias llenas de esperanza 
Llenas de un deseo antiguo 
De nombres y números 
En esta magia primitiva 
Que alumbran las velas
Multicolores 
Llamas donde arderán
Los sueños de este viejo poeta
De este solitario vagabundo
Que busca un camino
Que le conduzca a tus labios
Donde todo cobra sentido

Hecatombe

Revelar la trampa
Desvelar el sueño
Entender el final
Mostrar las cartas
El pecado original
Siempre te señalan

Al cincuenta por ciento
Truco o trato
No hay esperanza
Treinta monedas
Para colgarte

No era tu sitio
No era tu juego
Peón en caja
Rey muerto

Se acaba la partida
Suena la campana
Otra vez al suelo
Otra vez

Sacrificio
Cien
Díez veces diez
Ouroboros 
El principio es
el final
Y viceversa

La verdad
No era eso
No era una razón
Era un destino 
Trazas una línea
Adentro el presemte
Afuera lo demás 
La verdad
Judas donde esperas 
El último sacrificio
La verdad revelada
El cristo muerto 

Declaración

Ahora que temo fuera un eco
una reverberación  en un estanque solitario
Temo haber ardido en llamas propias
para seguir estando solo
Fénix de mi mismo

Y sin embargo es tan real

Mientras me deslizo por el recuerdo
de la luz que brotaba de tu sonrisa
del sonido intenso de tu gemido
de la caricia de tus palabras
en madrugadas de flores y hadas
en tu cintura de guitarra
donde aprendía la canción
de tus besos
mientras recogía la cosecha dulce
que maduraba en tus muslos
después de sembrar tu vientre
Tan real como las tardes de te
y galletas, alumbrando planes
maravillosos, en un futuro
que nos hacía invencibles

Ahora todo este vacío
convoca fantasmas y vicios
desnuda mis lágrimas de tinta
para componer pasados
que sirvan de hatillo
para este invierno que acecha
la sinrazón de mi cordura

Y sin embargo es tan real

Ardían los bosques
en hogueras de júbilo
mientras coronaba tu cabeza
con guirnaldas de rosas
y ceñía tu talle con cinturones
de caracolas
en tanto nos volvíamos desnudos
en un alba sin trampas, sin lunas
sin esperanzas ni ataduras
para ser cauce de un río
en donde nunca faltaba
el agua que manaba infinita
saciando nuestra eterna sed

Ahora todo es ahora
repite el eco que seré
mientras mis alas se vuelven púrpura
para iniciar el rito de fuego
para ser ceniza
para que se consuma la tristeza
y solo quede la emoción
de saber que te amo
de volver a empezar
donde todo ha acabado