Soneto 24

Ojalá tu piel dorada marcase
el horizonte de mi amanecer,
para demorar cada mañana
las razones para levantarme 

Ojalá en tus ojos hallase
la estrella que guia mi destino
para fijar rumbo y ocuparme
tan solo de mantener su brillo

Buscar sentido en este azar
parece casi imposible tarea
para un corazón cansado

Y aun así, trabajo los versos
que iluminen los arreboles
de tus perfectas mejillas

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