Sin perdón

Quizá porque olvidamos celebrarnos
tal vez ese detalle ínfimo
nos haya costado todo este infierno
Cantarnos y celebrarnos, eso era todo
entender que somos lo que importa
y nada más
náufragos de nuestras miserias
navegamos en peceras que creemos mares
sin ver el inmenso marco de referencia
tan solo somos polvo de estrellas
una mota en el cristal
una coma entre paréntesis
al cabo, hojas de hierba

Pero merecemos la celebración
de nosotros mismos
el azufre de nuestro infierno
para completarnos, sin espejos
lejos de toda referencia
somos únicos, especiales, raros
individuos frente a la especie
y no importa lo solo que te sientas
porque si así es necesario
así es bueno

No hay nada más allá
ni mas acá
Ven, hay cerveza en la nevera
brindaremos esta noche
por ser quien somos
y no importa quien seremos
no hagas planes
improvisa
esta noche es la última
esta noche seremos

Tránsito

A pesar de todo
de tanta muerte esperada
de tanto miedo callado
al final era esto
te vas, como siempre
oigo los gritos
en una escalera
tras la puerta
no se si volverás
esta vez
pero lo entiendo
a pesar de todo
no soy quien
no soy tanto
no soy nadie
ni siquiera nadie
no haré juegos de palabras
solo era tiempo
para llegar hasta aquí
donde todo es silencio

al cabo
quizá se trataba de un error
pero estuvo bien
sexo y cerveza
nunca faltaron
soy un hombre
eso debería complacerme
pero nunca escuchaste
lo que quería decirte
nunca supiste
entender las lágrimas
que no brotaron
las palabras que no te dije
porque aunque hombre
también soy poeta
y tengo un corazón roto
que de tanto remiendo
que busca una costurera
que ya nunca llegará
desde tus manos inquietas
desde la sublime mirada
que cautivó mi alma condenada

Yo también lloraré esta noche
y escribiré en mi almohada
versos de luna negra
para borrar el camino
que lleva hasta tu habitación
donde conocí las razones
donde aprendí que los versos
han de ser tatuajes de sangre
para sonar ciertos


Baraka

Y a mi, descreído mortal
me llega la visión del edén
de un soñado valhalla
en donde soy recipiente
del inmenso favor de un dios
o diosa
que nunca creí ciertas

Tan solo cultivé mis flores
en ese diario que nunca escribí
y desde esas flores
llegó un colibrí
para libar el néctar desesperanzado
que crecía en mi jardín

Y cada día estaba
y volaba en alas de alegría
en colores de sonrisa
y yo lo esperaba

Y en esa curvatura de espejos
descubrimos la salida del laberinto
para que se posara sobre mí
y entendiera su voz
aunque no la oía
y descubriera los colores
ocultos en sus alas inquietas
y me adentrara en el misterio
de su vuelo distraído

Y ahora, mientras descubro
en una epifanía de sentidos
que la efímera eternidad
de la pasión sincera
solo te llega cuando asumes
que tan solo cabe esperar
que tu colibrí vuelva
y descienda su don
sobre tus piernas