Hojeando el periódico me encuentro con la siguiente noticia: en EEUU se sigue vetando la entrada al ejército de aquellas personas que reconozcan ser homosexuales. No entiendo que todavía haya personas que no acepten que todos no han de ser iguales, que cualquier persona es libre de elegir su opción sexual: hetero, homo o bisexual. Cualquiera de ellas es aceptable por si misma.
La caterva de cavernícolas que tacha a todos los homosexuales de promiscuos o viciosos, debería entonces decir que los heterosexuales son todos violadores o maltratadores, ya que la mayoría de éstos son hetero, o como viene siendo noticia, que ser cura es sinónimo de pedófilo.
Con noticias como ésta y comentarios como los que se oyen a diario en los círculos cavernarios, cada vez tiene más sentido el Dia de la Dignidad LGBT, traducción más correcta que El Día del Orgullo LGBT que ha dado también pólvora y balas a los cavernícolas. Este colectivo lucha por poder sentirse cómodo en una sociedad a la que pertenece por derecho propio.
No olvidemos que según estudios recientes, en las culturas del paleolítico ya hay representaciones pictóricas y escultóricas de hombres y mujeres en actitudes claramente homosexuales, lo cual desdice el manido argumento de los apolillados, que la homosexualidad es una consecuencia de la sociedad del bienestar.