Viernes, ventitres cero cero

Se desvela leve el sueño 
y anoto rápido este momento
para entender los sucesos
que acuden prestos a mi

Y me buscas, y te espero 
Y sonríes, y me entrego
Cuando niegas la razón 
De estos sencillos versos 

No hay esperanza de tenerte
Y sin embargo creces como luna
Mentirosa cuando se muestra
En cada íntima noche

Sincera niegas mi terco deseo
Y vuelcas tu sobria inocencia
En un juego de preguntas 
Donde siempre pierdo

Deposito estas últimas palabras
Sobre tu piel cansada, lastimada 
Sobre la flor que esconde tu falda 
Para contestarle al viento 
Que tu calma es la razón 
De estos sencillos versos

Preguntas

Me preguntas y me provocas inocente 
Acaso no sabes que me gustas?
Las respuestas que buscas implican 
Entrar en mi corazón salvaje y herido
Negando la mayor para tu calma.
Me preguntas y acaso dudas 
Exponiendo tu rechazo a mi esperanza
Guardaré mis respuestas entre versos
Usando mi sonrisa como escudo
Sabiendo que sabes que espero
Tomar de tus labios el cáliz 
Ansiado como la lluvia cálida, 
Sentida, esperada, de este otoño

Malén

Malén
Tu nombre pactado y hermoso
Dices no y creces ante mis ojos
Y tu mirada vestida de otoño
Y tu sonrisa ilumina tu rostro

Malén
Tu piel cansada de mentiras
Invita en su brillo a la caricia
En tanto tu voz cantarina
Arrulla mi alma en ruinas

Malén
Esta noche tu breve recuerdo
Cabalga estos  rápidos versos
Para poder conjurar el miedo
De desear volver a tu encuentro

Acróstico

Me enseñaste que el otoño
Apenas es una estación de tránsito
Resolviendo mis ecuaciones pendientes
Íntimas y ajenas para seguir soñando
Alumbraste mi laberinto recurrente

Fijando luciérnagas en las salidas
Luces vivas que se adaptan, cambian
O buscan soluciones contra mis miedos
Rompiste el espejo deformado y así
Encendiste mis palabras, mis versos,
Zozobras que me salvaron de los naufragios

Gracias siempre, por todo este tiempo
Rehaciendo mis alas maltrechas
Alimentando la sonrisa de mi alma
Condenada de inservibles pecados
Ignoro el futuro y sin embargo
Ahí estarás, lo sé, como el viento
Soplando, susurrando, nuevas respuestas

Disculpa

Destruí la esperanza
y no reniego de ello
Hacía daño el sinsentido
mientras buscaba respuestas
que nunca llegarían
pero siento haber invocado
las tormentas
y las lágrimas
en absurdas urgencias inventadas
Es frio el fuego de los puentes quemados
pero eso lo aprendes tarde
cuando el recuerdo se vuelve amable
y la distancia infinita
Quizá ya no sirva apurar este cáliz 
de sincero arrepentimiento
y beberme el orgullo que me somete
como un veneno que acabe mi agonía
Y sin embargo sabes que no temo  
mostrarme como soy si me lo pides
recobrar la memoria de aquellos días
cuando la risa se esocondía
entre tus ojos y mi sombra