En voz asediada

En los nombres del silencio viajan
las razones del olvido
aquella tarde oí los truenos
pero no sabía que callarían, por siempre
los pájaros
que caerían las flores de tu regazo
marchitas de daño
y yo me quedaría de nuevo a solas
con mis fantasmas revelados

Voz invocada para parar esta lluvia
Fría de agosto, triste de ausencias 
Que nombra los pétalos desvelados
En una frenética huida reiterada 
Al escondite imperfecto 
A la nocturna razón de estas palabras vacías, vanas
Fonemas inconexos, murmullos
Que ya no tienen esperanza

Asediada tu presencia se resuelve calma
Agotado en mi discurso perezco
En el sutil anhelo de volver a escucharte, de sentirme lleno
De todo el tiempo perdido 
Enterrado en sueños






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