Fluyen las lágrimas
mientras acaricio tu ausencia
y mis ojos enjuagan
el dolor de tus palabras
desnudo mis fantasmas
buscando respuestas que no evitan
que no detienen la lluvia
que empapa mis dudas
Aun sueño con una biblioteca
infinita, mientras te persigo
entre anaqueles llenos de libros
En los que nació tu imagen
y tu fantasía y, también, la mía
y concibo cada pasillo
como tálamo donde despojarte
de tus flores y tus trampas
para sellar la ceremonia
de cuerpos encendidos
Los días se han vuelto otoño
La lluvia deviene en tristeza
Mis pasos acechan las sombras
De que esta noche no vuelvas
Me detengo ahora en las palabras
Convertidas en súplica, en hambre
Para gritar mudo tu nombre
para oír sordo todo el silencio
de una canción que nunca te canté
de estos versos que nunca te escribí
y envuelvo tu nombre, tu risa, mis palabras
la canción y el silencio y sigo mi camino
para seguir buscando el hogar
que me haga cierto
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