En el fondo lo sé
soy un tipo afortunado
aproveché lo que tenía
a mi alcance
y aprendí a escribir
comprendí, en un mágico "insight"
que tan solo hay dos opciones
escribir o morir
y por no morir
escribo
Tránsito de ausencias, la palabra
construye cuando acontece la ruina
te da el suelo firme
que sujeta tu mareo, ese vértigo
que provoca la realidad
la insistente y vacía realidad
que completa tus días
y aun más, tus noches
Y
Si resuelves prosa, acabas reflejando tus miedos, tus sueños, tus proyectos y tus pesadillas sobre un papel manchado de rutinas y guiños a quien, tal vez, nunca sabrá que ha sido retratado. Si decides verso, te ves atrapado en tus oníricos recuerdos, en tus sublimes deseos, en ese morboso placer de confundir a quien te escucha, jugando a ser quien no eres más que en las palabras, en el ritmo, en la rima, escondido en una estructura cerrada como un laberinto que oculta el monstruo, o que como decía Borges, le salva de su propia realidad atormentada.
Soy, me repito, lo sé, un tipo afortunado
poseo las palabras
y son la red
que recoge las caídas
de mi torpe alma agotada
de buscar la salida
de tanto laberinto
de esperar a que llegue
una Ariadna que no sé
si espero o desespero
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