Octubre (más)

Como un cincel, tu sonrisa
esa traviesa mueca
que dispone tus ganas
contra mi tristeza
ha perfilado la alegría
de mi alma
y ahora me hallo indeciso
entre esta inútil resistencia
hacia algo que no comprendo
¿cómo has hecho brotar
de tan adentro la luz?
una extraña luz que desconocía
fuese de mi propiedad

Y aun afinas desde tus dedos
la magia de desarrollar 
los límites de una nueva 
materia que me compone
y, aunque otoño, renazco
modelado de nuevo
desnudo de hojas y tierra
entre las manos que manejas
con tanta soltura
vuelas como colibrí sin pausa
despejando dudas y humo
y me libero en tu aleteo
y me redimo en tu presencia

Me preguntas por qué te quiero
y en la respuesta están los versos
que compongo caminando 
este octubre diferente
este otoño intenso
que iluminas cada día
con tu luz, con tus besos

Octubre

Alquimista de sucesos improbables
buscador insaciable de razones imprevistas
testigo de esperanza traicionadas
provocador infame de sutiles amenazas
tahúr en una partida que nunca ganaré
suicida en una trinchera abandonada

También traidor, inconfeso y mártir

Volcado en esta tormenta he renacido
apresando las letras que invocan
tu nombre
cada llave encuentra su puerta
y el laberinto se autodefine
en torno a ti
Estoy perdido, he olvidado mi nombre
asumo que soy esclavo de una fantasía
para volver a ser real
Y es octubre, pero te busco 
en las líneas que dibujan 
un cielo mortecino y hambriento 
marcado por un reloj 
que es cuchilla de esta guillotina
que alumbra mi muerte
en cada paso que me aleja de ti
 
Asciendo por las escaleras
hacia un cadalso
y sé que la cesta es tu ausencia
donde reposará mi cabeza
 




Un tipo afortunado

En el fondo lo sé
soy un tipo afortunado
aproveché lo que tenía 
a mi alcance
y aprendí a escribir
comprendí, en un mágico "insight"
que tan solo hay dos opciones
escribir o morir
y por no morir
escribo
 
Tránsito de ausencias, la palabra
construye cuando acontece la ruina
te da el suelo firme
que sujeta tu mareo, ese vértigo
que provoca la realidad
la insistente y vacía realidad
que completa tus días 
y aun más, tus noches
 
Y
 
Si resuelves prosa, acabas reflejando tus miedos, tus sueños, tus proyectos y tus pesadillas sobre un papel manchado de rutinas y guiños a quien, tal vez, nunca sabrá que ha sido retratado. Si decides verso, te ves atrapado en tus oníricos recuerdos, en tus sublimes deseos, en ese morboso placer de confundir a quien te escucha, jugando a ser quien no eres más que en las palabras, en el ritmo, en la rima, escondido en una estructura cerrada como un laberinto que oculta el monstruo, o que como decía Borges, le salva de su propia realidad atormentada.
 
Soy, me repito, lo sé, un tipo afortunado
poseo las palabras
y son la red
que recoge las caídas
de mi torpe alma agotada
de buscar la salida
de tanto laberinto  
de esperar a que llegue
una Ariadna que no sé
si espero o desespero