Evalúo la razón de mi experiencia
O mi conciencia
Y dispongo las precisas palabras
Para el postrero discurso
Que denuncia mis carencias
Ahora mi felicidad tiene tres letras
unívocas, distintas, plenas
y las conjugo en arte y verso
y las expongo, quizás a menudo
cuando escribo
Fui calle y bar, paseo y barra
trago, deseo, soledad, silencio
fui tristeza, odio, tango y lluvia
también luna y nubes, noche
humo y miedo
Atravesé la luz, madrugué su cuerpo
y todo fue distancia, cruel recuerdo
de tanto neón frio o hueco
de tanta farola solitaria camino a
un domicilio que nunca fue el mio
Y ahora lloro ausencias provocadas
mientras recuerdo la ambrosía
que desciende por tus piernas
mientras acaricio tu sexo
y entiendo que la eternidad
es tan solo un momento
que dura el gemido de tu boca
en mi desarmado empeño
de ser dueño de un instante
propio de héroes
que entienden que todas
sus hazañas pertenecen
a tu pequeño cuerpo